Descripción
Opinión sobre la decisión de desaparecer la Dirección de Investigaciones y Prevención del Delito por parte del presidente Miguel de la Madrid. El autor reflexiona sobre la labor de la DIPD a lo largo del tiempo y explica que no basta con el cierre de la institución y la liberación de las víctimas del abuso del poder. Hay que terminar con la corrupción de los mandos policíacos y de las altas esferas políticas que usan a las instituciones de justicia a su beneficio.